La publicidad es para ti
La publicidad es imprescindible para hacer crecer a los pequeños y medianos negocios. Si tienes un pequeño negocio o empresa, la publicidad es para ti.
Acostumbramos a ver a la Publicidad como algo inalcanzable para nosotros. Solemos pensar que es algo muy costoso sólo al alcance de empresas con muchos recursos. Y nos equivocamos, porque precisamente la Publicidad es imprescindible para hacer crecer a los pequeños y medianos negocios. La Publicidad no es sólo para las grandes empresas, la Publicidad es para ti.
Si no te das a conocer, no existes
No importa lo brillante que sea tu idea o lo maravilloso que sea tu producto. Si no se conoce, no existe. Esto aplica a cualquier tipo de negocio, como pequeñas tiendas, restaurantes, hoteles de cualquier clase o academias de baile.
Da igual cuál sea tu negocio. Vendes algo y si no te das a conocer, no lo vas a conseguir.
Lo primero que necesitas es una buena web. No me refiero a una web barata con un diseño más o menos atractivo, sino a la mejor web para tu negocio, esa que te va a traer clientes y facturación.
La web es el pilar sobre el que apoyarás tu comunicación porque también será el receptor de tus nuevos clientes. Pero la web no lo es todo. Obsesiónate por darte a conocer.
Sin duda, las redes sociales tienen que estar presentes en tu plan de comunicación pero, apuesta lo que quieras, te desesperaras por conseguir seguidores que tardarán mucho en llegar y, cuando lo hagan, la mayoría de ellos serán los seguidores que no necesitas.
Desde hace cientos de años, la Publicidad, en cualquiera de sus formas, ha sido la herramienta más efectiva para dar a conocer y vender productos y servicios. Ni se te ocurra darle la espalda.
Restaurantes, talleres de motos y tiendas online
No importa de qué clase sea tu negocio, tiene dos importantes obstáculos que superar. El primero es el producto que ofrece. Tiene que ser atractivo y deseable. El segundo problema es la competencia. Los posibles clientes tienen que elegir tu oferta en lugar de la de la competencia o todo acabará desastrosamente.
Un restaurante tiene que ofrecer comida de calidad. No necesariamente cara, pero de calidad. Y tiene que estar limpio y contar con un servicio eficiente. Con todo esto en el activo, necesita clientes que llenen sus mesas sin dejar una libre. Este es el trabajo que hará la publicidad.
Un taller de motocicletas, tiene que ser eficiente, rápido, limpio y estar en precio sobre la competencia. Como cualquier otro negocio, el peor momento es el de la apertura del negocio porque naces sin clientes. Y sin clientes no hay dinero. Mira lo que hicimos para que Motos Iluro subiera la persiana el primer día y tuviera cola de clientes esperando.
Si tienes una tienda física y no la has acompañado de una tienda online, tus días están contados. De cualquier forma, si tienes una tienda online, tienes lo más parecido a una empresa de venta por catálogo como las que existían en el Siglo XX y que movían cifras astronómicas de facturación. El cliente te tiene que comprar sin ver ni probar el producto. La publicidad que funcionó entonces, es la que te funcionará hoy.
La Publicidad es para ti.
Coca-Cola, Pepsi y Kellogg’s
Sin duda estas tres marcas son de las más conocidas del mundo. Pero no nacieron famosas, todo lo contrario.
Coca-Cola la fundó John Pemberton, un farmacéutico de Atlanta, en 1886. En su tienda vendía botellas con esa bebida energética con gas. Pemberton sabía que si quería vender más botellas, tendría que hacer publicidad. Sus agresivas campañas hicieron que en muy poco tiempo su marca fuera una de las más conocidas en todo el planeta. Pero el primer año de vida de Coca-Cola el volumen de ventas fue de tan sólo nueve botellas al día.
Siete años más tarde, visto el éxito de Coca-Cola, otro farmacéutico, Caleb Bradman, lanzó Pepsi-Cola. Coca-Cola ya había mostrado cuál era el secreto del éxito: la publicidad. Por eso Pepsi se caracterizó desde el primer día por sus innovadoras y atrevidas campañas que le permitieron mantener el pulso a Coca-Cola.
Por cierto, ¿te has preguntado alguna vez en qué se parece tu negocio a Coca-Cola?
Dos hermanos, Will y Keith Kellogg, trabajaban en el Sanatorio de Battle Creek, en Michigan, donde Keith era el médico superintendente. Eran fervientes seguidores de la religión Adventistas del Séptimo Día y creían que una alimentación sana era fundamental para la salud.
En 1894, el Dr. Kellogg inventó la Granola, una comida hecha de avena, trigo y miel. En 1898, Will experimentaba con un nuevo método para hacer granola con maíz. Accidentalmente, una noche, la masa fermentó y al día siguiente encontraron un montón de copos crujientes. A esos copos de maíz los llamaron “Corn Flakes”. Las excelentes cualidades de los Corn Flakes y la publicidad convirtieron a Kellogg’s en la primera compañía mundial de cereales para el desayuno.
Red Bull y el Club del Afeitado de un Dólar
Como ejemplos más recientes, seguro que te interesa recordar el caso de Red Bull. Esta empresa se fundó en 1987 por Dietrich Mateschitz, un ejecutivo de marketing austríaco. La compañía arrancó vendiendo una nueva bebida energética en Austria pero gracias al marketing y la publicidad se convirtió en tiempo récord en una marca global.
El secreto del éxito de Red Bull no está en la bebida, que no tiene un sabor especialmente agradable, sino en la publicidad agresiva que utilizó desde el primer día.
Más recientemente aún, en 2012, Mark C. Valdon y Michael Dubin fundaron Dollar Shave Club. Lo que hicieron es abrir un negocio de maquinillas y suplementos para el afeitado por subscripción, un dólar al mes. Para darlo a conocer no se basaron en la apertura de cuentas en redes sociales, sino en publicidad en ellas, en Spotify, YouTube y radio, principalmente. Desde entonces, la compañía se ha convertido en un negocio multimillonario.
Los súper-gigantes salidos de un garaje
Steve Jobs y Seteve Woziniak empezaron a montar ordenadores en el garaje de Jobs en Los Altos, California. Sus ordenadores, que vendían ellos mismos, utilizaban un sistema operativo gráfico y un ratón. Justo a lo que estás acostumbrado hoy, pero entonces los ordenadores, además de muy caros, sólo mostraban texto en la pantalla y cualquier operación había que ordenarla desde el teclado. Tenían un excelente producto, la publicidad los llevó rápidamente a la cumbre.
Un poco más tarde, en 1994, pero también en el garaje de su casa, en Bellevue, Washington, Jeff Bezos tuvo la idea de abrir una tienda de libros online. Sin un montón de buenas ideas y la ayuda de la publicidad, jamás habría llegado a donde está ahora. ¿Qué es lo último que has comprado en Amazon?
Sin la ayuda de la Publicidad, las empresas que comenzaron en un garaje no habrían llegado muy lejos.
Los que más invierten en publicidad
Con una inversión de 79 mil millones de dólares, Amazon fue la sexta compañía que más dinero invirtió en publicidad en 2022. Pero en ese ranking, la primera empresa es Procter & Gamble, que invirtió ese mismo año 103 mil millones de dólares.
Procter & Gamble la fundaron William Procter y James Gamble en 1837 en Cincinnati, Ohio. Lo que decidieron hacer juntos es abrir un pequeño negocio de jabones y velas.
Como en todos los demás casos, el éxito de Procter & Gamble no se debe únicamente a la publicidad, sino a un buen producto de partida. En el caso de este pequeño negocio de Cincinnati, la prosperidad llegó gracias a la obsesión de ambos socios por la innovación, que les llevó a ser líderes en productos para el cuidado personal y la limpieza del hogar.
Sin embargo, ni lo dudes, ninguna de estas empresas habría conseguido llegar hasta donde está sin ayuda de la publicidad.
Es tu turno
Si tienes un negocio y quieres hacerlo crecer hasta límites insospechados, necesitas un buen producto y darlo a conocer por medio de la publicidad. No lo dudes, la publicidad es la herramienta que necesitas.
No te asustes con el coste. Empieza haciendo cosas pequeñas. Asegúrate de que cumples con los cinco elementos fundamentales de la Publicidad. Si lo haces bien, los resultados llegarán desde el primer día.
No obstante, tienes que ser consciente que no toda la publicidad funciona. Puedes llegar a tus propias conclusiones a base de prueba-error gastando con ello un montón de dinero inútil o puedes ponerte en manos de un buen profesional que te aporte su conocimiento y experiencia.
Concéntrate en hacer lo que sabes hacer mejor que nadie, tu producto, y permíteme que te ayude a hacerlo crecer.
Para ti no hay nada más satisfactorio que ver como tu producto y tu empresa triunfan. Para mí no hay nada que me satisfaga más que ayudarte a crecer.
